Esta aventura de un día lleno de acción comienza en Reikiavik. Si te subes a uno de los cómodos autobuses, disfrutarás de impresionantes vistas del oeste de Islandia incluso antes de que lleguemos a
nuestra primera parada. Lapenínsula de Snaefellsnes se ha hecho un nombre por sus paisajes inusuales y diversos. Mientras nos dirigimos a la primera parada, cruzaremos los campos de lava cubiertos de musgo de Berserkjahraun. Cuenta la leyenda vikinga que aquí es donde dos «berserkers» suecos (miembros de tribus rivales) crearon la primera carretera de Islandia. Durante tu estancia en Islandia, aprenderás que el folclore todavía tiene un enorme impacto en la cultura y los sitios de hoy en día
.Situada en el lado norte de la península de Snæfellsnes, la primera atracción del día es la montaña con forma de punta de flecha, Kirkjufell. La montaña sobresale del océano a 463 metros (1.519 pies) y se eleva sobre un pueblo de pescadores que se encuentra debajo. Con su forma única y su efecto reflectante en el agua, Kirkjufell es muy popular entre los fotógrafos. No querrás olvidar tu cámara para hacer esta parada, sin mencionar que la montaña está rodeada de cascadas épicas.
Nuestra siguiente parada será la cinematográfica playa de guijarros negros de Djúpalónssandur. Aquí, su guía le contará algunas historias fascinantes sobre naufragios locales mientras disfruta de unas
impresionantes vistas de la playa.Los pueblos de pescadores son una característica clave de cualquier recorrido costero en Islandia. Para nuestra excursión, haremos una parada en la encantadora ciudad de Arnarstapi. Visite el puente Miðgjá, el más destacado de la ciudad, un arco de roca natural frente a la costa, y disfrute de la vida lejos del ajetreo y el bullicio.
Justo al este de la ciudad, haremos una parada en Búðakirkja, una preciosa iglesia del siglo XIX, y, por supuesto, veremos las focas de Ytri-Tunga.El viaje de regreso a Reikiavik es tan pintoresco como el punto de partida. Viajaremos a través de campos de lava más dinámicos, algunos de los cuales albergan columnas de basalto. Estas fascinantes formaciones son obras de arte geométricas hechas por la propia madre naturaleza.
Borgarnes, uno de los muchos pueblos encantadores de Islandia, será nuestra última parada antes de llegar a la capital. Aquí, comeremos un famoso hot dog islandés u otros refrescos, ¡el final perfecto para un día increíble!